El terremoto de magnitud 8.7 que estremeció anteanoche la región oriental de Rusia encendió las alertas en las costas del Pacífico durante todo el día de ayer. En Perú, el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional y el Instituto Nacional de Defensa Civil activaron protocolos de emergencia. Más de 60 puertos fueron cerrados en cinco regiones, se clausuró completamente la vía de la Costa Verde en Lima, y se evacuaron preventivamente áreas como Paracas, Huanchaco, La Punta y Callao. A pesar de las precauciones, no pocos curiosos se acercaron a las costas a esperar el tsunami. Una abuela se transformó en tendencia en las redes cuando declaró con total inocencia que había llevado a su pequeño nieto a esperar en la costanera limeña para que conociera el fenónemo. La naturaleza le jugó una buena pasada: podrán contar que fue un intento fallido porque las olas no se desbordaron. De lo contrario, nadie hubiese podido conocer sus experiencias.